domingo, 31 de agosto de 2008

Verano 2008 - Bretaña, Normandía y Loira

Fecha: 08/08/2008- 18/08/2008
Transporte:
Coche de alquiler: Europcar. 509 €
Personajes: 4
Total dinero gastado (Transporte incluido): algo más de 600 € por cabeza


Era nuestro primer viaje largo juntos y la verdad es que comenzamos bastante “a la aventura”. Escribimos a la embajada de Francia por si nos podían facilitar mapas y alguna información y, a la semana, nos enviaron un montón de mapas y de folletos de las regiones de Bretaña, Normandía y Loira con los que, a grandes rasgos, pudimos elaborar nuestro itinerario.
En nuestra hoja de ruta había apenas un sitio reservado para dormir, pero eso sí, nos aprovisionamos de sacos y tiendas de campaña, ya que nos habían hablado muy bien de los campings franceses, y un montón de comida y artilugios para cocinar (incluido un camping gas) para sobrevivir por lo menos un mes.

Alquilamos un coche en Madrid y el primer día tocó madrugón, ya que nuestra primera noche iba a ser en La Rochelle (tras 880 km de carretera). Así que después de más de media hora intentando meter todo nuestro equipaje en el maletero del coche, nos dispusimos a partir rumbo a lo “desconocido”.

Hoja de ruta:

08/08/2008: Madrid - Burdeos - La Rochelle. Noche: Camping Le Soleil
09/08/2008: La Rochelle - Nantes - Vannes - Rennes. Noche: Rennes
10/08/2008: Rennes - Carnac - Concarneau - Quimper - Punta de Raz (Pointe du Raz) - Ploumanachac - Rennes. Noche: Rennes
11/08/2008: Rennes - Dinan - Dinard - Saint Malo - Mont Saint Michel - Rennes. Noche Rennes.
12/08/2008: Rennes - Vitre - Fougeres - Bayeux - Omaha Beach - Caen. Noche: Caen.
13/08/2008: Caen - Honfleur - Étretat - Le Havre - Rouen. Noche: pueblecito al norte de París.
14/08/2008: Norte de París - Versalles - Fontainebleau - Chartres - Orleans - Beaugency. Noche: Beaugency.
15/08/2008: Beaugency - Chambord - Blois - Chenonceau - Blois. Noche: alrededores de Blois.
16/08/2008: Blois - Tours - Angers - Le Mans - Saumur. Noche: alrededores de Saumur.
17/08/2008: Saumur - Col´d Aspin - Tourmalet. Noche: alrededores del Tourmalet.
18/08/2008: Tourmalet - Biarritz - Madrid


Mapa


Ver Bretaña, Normandía y Loira en un mapa más grande


Viernes (08/08/2008)
Después de muchos kilómetros (693 km), y varias paradas para repostar y comer, llegamos a Burdeos a las 6 de la tarde. Nuestra visita iba a ser breve, pues teníamos todavía 200 kilómetros para llegar a nuestro destino. Así que nos contentamos con una visita corta a la “Pequeña Roma” : paseamos por la ribera del río para llegar a la torre de Pey Berland (desde lo alto se puede disfrutar de una panorámica de la ciudad, lo que no pudimos hacer por fata de tiempo) y por último a la catedral.
Burdeos nos pareció una ciudad tranquila y bonita, a la que se debe dedicar más tiempo...


Torre de Pey Berland

A las 7 nos pusimos otra vez en marcha, para llegar a La Rochelle sobre las 9:30 de la noche. Dimos algunas vueltas para encontrar el camping (pues por entonces no contábamos con GPS), y después de montar las tiendas (ya con poca luz) y cenar algo de nuestras existencias, nos apetecía dar un paseo nocturno por la ciudad: caminamos por el Puerto Viejo y nuestros pasos nos llevaron dentro de la Cuidad Vieja. Cuando nos cansamos, nos fuimos a sobar, que ya llevábamos muchos kilómetros encima (Total de kilómetros: 880).


La Rochelle


Sábado (09/08/2008)
Después de recoger todos los cachivaches del camping y dar una vuelta por la ciudad para hacer fotos del puerto de día, a eso de la una nos pusimos en marcha de nuevo, esta vez nuestro destinos era Nantes, en Bretaña, a la que llegamos a las 4:30 de la tarde. Es una cuidad situada a orillas del Loira y cuenta con una castillo medieval, el de los Duques de Bretaña, actualmente catalogado como Monumento Histórico. Como la tarde invitaba a pasear pudimos disfrutar de tranquila ciudad a gusto. Lo que más nos impresionó: el castillo y la catedral.


Castillo de Nantes desde el interior de la muralla

Castillo y muralla de Nantes

A las 8 de la tarde hicimos una nueva parada en la ciudad bretona de Vannes, una ciudad del departamento de Morbihan, que nos gustó por su espectacular muralla y por sus calles y casas. Está rodeada de muchas pequeñas islas, por lo que si se dispone de más tiempo se pueden coger barcos y dar paseos por el río.


Vannes

Muralla y Castillo de Vannes

Estábamos ya cansados así que hicimos la última kilometrada para llegar a nuestro último destino del día, Rennes, donde habíamos reservado un albergue por tres noches.

Este día en total recorrimos alrededor de los 350 kilómetros.


Domingo (10/08/2008)
Nos pusimos en camino pronto pues teníamos en nuestra hoja de ruta muchos lugares que visitar por la Bretaña francesa.

Empezamos visitando Carnac, población famosa por los Alineamientos de Carnac. Aunque el sitio estaba hasta arriba de gente no tuvimos ningún problema a la hora de dejar el coche, pues había muchos aparcamientos. Los Alineamientos son un montón de menhires en una explanada inmensa por la que estuvimos paseando un buen rato bajo un sol que ya empezaba a calentar y mucho. Un poco decepcionados porque nos esperábamos algo que nos impresionara más, decidimos encaminar nuestros pasos hacia Concarneau, a unos 100 km aproximadamente.


Alineamientos de menhires de Carnac

Concarneau es una ciudad costera, del departamento de Finisterre (Bretaña), que tiene mucho encanto. Nada más bajar el coche nos quedamos impresionados por lo que a simple vista la cuidad parecía ofrecernos. El casco viejo está amurallado y se puede acceder a la ciudadela a través de un puente de piedra, y una vez dentro, mucho bullicio y muchas tiendas de turistas.


Cuidadela y puente de piedra de Concarneau

Calles de la cuidadela de Concarneau

Nos dimos un paseito agradable y decidimos darnos un respiro. Entramos en un pub chiquitito y nos tomamos una ¡Breta-Cola! (le cola du Phare Ouest).


Breta- Cola

Encantados con esta cuidad, fuimos otra vez para el coche, nos esperaba el Pointe du Raz, a unos 130 km hacia el norte.

Cuando llevamos 100 km nos empezó entrar hambre y paramos en Quimper, y aunque no estuviera en nuestra hoja de ruta, nos llevamos un buen recuerdo de nuestro paso por allí. Paseamos por el canal y estuvimos comiendo en la plaza, donde tenían montado un carrusel.


Quimper

A eso de las 7 de la tarde, llegamos al Pointe du Raz, el fin del mundo en la Bretaña francesa. Aunque al principio parezca que es muy turístico (que lo es) es un sitio al que realmente merece hay que ir.

Sus vistas al océano atlántico impresionan y te dejan sin habla. También pudimos ver Nuestra Señora de los Náufragos y el Faro Vieille, incluso nos perdimos un poco. Pero lo que realmente nos llevamos en la retina y en la memoria son las vistas de la naturaleza que ofrece.


Pointe de Raz

Faro Vieille desde el Pointe de Raz

Como nos parecía, que teníamos tiempo de sobra, decidimos ir a la costa de granito rosa, de la que habíamos oído maravillas. Así que después de buscar en el mapa un pueblecito llamado Ploumanac'h a 178 kilómetros, otra vez a la carretera. Una auténtica aventura, porque ademas de perdernos varias veces, cuando por fin llegamos al destino... era de noche... Así que de costa de granito rosa pues poco vimos, vimos costa si, pero negra como el betún porque no había ni un ápice de luz.

Maldiciendo nuestra cabeza nos volvimos otra vez a Rennes, a pillar algo para cenar y a dormir, que en total llevábamos a nuestras espaldas otra kilometrada importante, nada menos que 760 kilómetros aproximadamente.


Lunes (11/08/2008)
Dinan era la primera parada de este nuevo día. Situada a unos 53 kilómetros de Rennes hacia el interior, nos pareció un ciudad amurallada muy bonita y cuidada. Se puede visitar todos los monumentos importantes andando, disfrutando de su encanto medieval. La visita por el castillo es muy recomendable, pues desde el torreón hay unas vistas espectaculares del pueblo. Merece la pena visitarlo, parece que te transportas en el tiempo.


Vistas de Dinan desde su castillo

De Dinan a Dinard, en la llamada Costa Esmeralda. Esta población es famosa por sus balnearios y tiene bastante "estilo inglés", ya que era un lugar muy frecuentado por los ingleses durante sus vacaciones. La verdad es que después de Dinard, nos dejó un poco indiferentes. Así que al siguiente destino: Saint - Malo.

Por el paseo marítimo Dinard

Otra estación balnearia, pero mucho más bonita, pues es una ciudad cercada. De hecho es una de las ciudades mas visitadas de Francia. Su centro histórico data del sigo XII, no así la muralla, que fue reconstruida totalmente después de la II Guerra Mundial. Estuvimos en la playa, mojándonos los pie (no hacia tiempo para más) y haciendo una fotos bonitas desde fuera de la muralla. Nos tomamos una cerveza y comimos tranquilamente disfrutando del océano.


Saint Malo

Siguiente destino: Mont Saint Michel. Nos encaminamos a este sitio con muchas ganas, pues habíamos oído hablar maravillas, aunque algún escéptico no se creía el fenómeno de las mareas de las bahías, que antiguamente hicieron del monte un lugar inexpugnable, solo accesible por vía terrestre en los momentos de marea baja, y por vía marítima cuando la marea era alta. 

Actualmente se puede acceder a la abadía en todo momento gracias a la carretera que lleva a los pies de la roca.

Nosotros llegamos con marea baja. Después de alucinar con la imagen que ofrece el monte desde el aparcamiento, nos decidimos a dar una vuelta por las calles de dentro y a ver la famosa abadía.
La verdad es que de haberlo sabido hubiera sido bueno haber pasado allí por lo menos un día entero, ya que no pudimos disfrutar del monte con marea alta y creemos que es algo que merece mucho la pena. Desde luego que volveremos allí un día de estos.


Mont Saint Michel con marea baja

Abadía del Mont Saint Michel

Mont Saint Michel de noche

Antes de volver al coche nos tomamos unas cervezas con la especialidad del norte de Francia, los moules-frites (mejillones y patatas fritas). Para finalizar el día, de vuelta a Rennes en nuestra última noche en Bretaña.

El cuentakilómetros al final del día indica unos escasos 88,7 kilómetros.


Martes (12/08/2008)
Como parece que nos cuesta abandonar la zona bretona, decidimos hacer dos paradas antes de poner pie en Normandía. Paramos en la ciudad de Vitré y en Fougeres, como no, ciudades amuralladas, con un bonito y buen conservado castillo y con aire medieval. En ambas dimos un buen paseo e hicimos las fotos de rigor, despidiéndonos (ahora sí) de una región espectacular, llena de cosas que ver y paisajes que se quedan grabados en la memoria.


Castillo de Vitre

Vistas de Fougeres

Nuestro primer destino en Normandía iba a ser a ciudad de Bayeux, en la costa y a pocos kilómetros del Canal de la Mancha. Aunque actualmente es una pequeña ciudad industrial, tiene su historia, porque ha pasado por varios conflictos bélicos y en la II Guerra Mundial fue la primera ciudad francesa liberada por los británicos. Por suerte no sufrió muchos destrozos. Cuenta con una catedral que podemos visitar y encontrarnos allí con una placa conmemorativa de la I Guerra Mundial.


Catedral de Bayeux

Como en el grupo contamos con un frikazo de la II Guerra Mundial, se hacía obligada una visita a la famosa Omaha Beach, una de las playas del desembarco de Normandía, de 8 kilómetros de longitud. Y aunque el tiempo no acompañó para pasar una tarde de playa, la visita merece la pena, aunque no seas un friki de la historia.


Omaha Beach

Omaha Beach

Como ya habíamos terminado de visitar los sitios previstos y por un día teníamos tiempo de sobra, barajamos dos posibilidades: visitar un cementerio de los caídos en la guerra o uno de los muchos museos de la guerra que hay por las localidades de alrededor. Nos decantamos por un museo a pocos minutos de la playa y lo hicimos porque estaba al lado de un búnker y un jeep. El museo en sí era una nave repleta de instrumentos y objetos de la guerra que la gente de los alrededores ha ido encontrando a lo largo de los años. La entrada costaba 5 euros y hubo alguien del grupo que lo disfrutó mucho...

Para pasar la noche en Normandía habíamos elegido la ciudad de Caen. Esta ciudad fue casi completamente destruida durante la guerra aunque fue reconstruida y ofrece avenidas muy grandes y modernas. Conserva también el castillo, el ayuntamiento y distintas avenidas que hacen que siga teniendo su encanto. Cenamos algo por allí e hicimos una sesión de fotos nocturnas de la ciudad.

Caen

Los kilómetros del día fueron unos 280.


Miércoles (13/08/2008)
Nuestro segundo y último día en Normandía iba a ser duro, pues teníamos por delante 350 kilómetros.

Vistamos primero Honfleur, una ciudad portuaria con un puerto pintoresco y antiguo.


Puerto de Honfleur

Y de Honfleur a Étretat, pues nos lo había recomendado un familiar que había residido unos cuantos años en Francia. Y la verdad es que no nos defraudó para nada. Esa población es conocida por sus acantilados, incluyendo un arco natural muy famoso, que algunos llamaban "El ojo de la aguja". Para poder tomar fotos bonitas de estos hay que ascender por un pequeño sendero y al final del mismo nos esperan unas vistas espectaculares de los acantilados y la playa.


Acantilados y el "Ojo de Aguja" de Étretat

Siguiendo la costa hacia abajo nos encontramos con Le Havre, situada en el estuario del río Sena y a orillas del Canal de la Mancha. Tocó darnos un buen pateo por la ciudad y hacer las fotos de rigor.


Le Havre

Nuestro último destino en Normandía iba a ser la ciudad de Rouen, ciudad atravesada por el río Sena. Esta ciudad tiene mucha historia ya que en ella fue juzgada y quemada Juana de Arco. La ciudad ha hecho de ella un símbolo: actualmente, en la plaza del Viejo Mercado se puede ver una cruz en el lugar donde estuvo la hoguera , podemos visitar también la Torre de Juana de Arco, castillo donde estuvo encerrada y donde se desarrolló todo su procesamiento y la Iglesia de Santa Juana de Arco, construida sobre el mismo lugar de su martirio. Es un paseo agradable en el cual también podemos ver la catedral.


Estatua de Juana de Arco en Ruan

Visto esto, nos despedimos de Normandía, con muy buenos recuerdos y grandes fotos. Partimos con el coche rumbo a un pequeño pueblecito al norte de París, donde íbamos a hacer noche ante de internarnos en el famoso Valle de Loira.


Jueves (14/08/2008)
Al estar tan cerca de París y del Valle del Loira, nos pareció bien ir a darnos una vuelta por el Palacio de Versalles, a unos 30 kilómetro de la capital. Amaneció un buen día así que pudimos disfrutar de los jardines en todo su esplendor. Eso sí, había muchos turistas y para entrar colas larguísimas, por lo que nos contentamos con unas fotos y con dejar para otra ocasión la visita.


Jardines de Versalles

Palacio de Versalles

De Versalles y atravesando la capital francesa, llegamos a Fontainebleau, residencia de caza de muchos reyes y emperadores franceses. Un palacio muy bonito y con mucha historia que desde luego hay que visitar.


Fontainebleau

Entrada a Fontainebleau

Y por fin, nos metemos en el Valle del Loira. Primera parada Chartres. La ciudad es muy bonita, aunque con problemas de aparcamiento por el casco viejo, llena de puentes pequeños adornados con flores y coronada por su catedral, que está declarada Patrimonio de la Humanidad.


Chartres

Como aún nos quedaba tarde, pasamos por Orleans. Una de las ciudades más antiguas de Francia y también relacionada con Juana de Arco, ya que libró a la ciudad de la ocupación inglesa durante la Guerra de los Cien Años, y desde entonces fue conocida como la Doncella de Orleans. Hay que ver su catedral y sus cercanías, por donde podemos encontrar distintas mansiones del Renacimiento. La más famosa de todas es el Hotel Groslot, alojamiento de muchos reyes, después ayuntamiento y en la actualidad lugar de celebración de matrimonios civiles.


Hotel Groslot en Orleans

Catedral de Orleans

Ya llegaba el final del día y tocaba buscar el camping en la ciudad de Beaugency. Cuando llegamos no nos pudimos creer nuestra buena suerte, pues el camping se asienta a orillas del Loira y nos ofrece unas vistas del río y el castillo. Después de cenar, salimos a dar una vuelta y nos sorprendió, pues aunque Beaugency es una localidad pequeña, está muy cuidada.


Vistas del Loira y Beaugency desde el camping
Este día hicimos unos 350 km.


Viernes (15/08/2008)
Seguimos recorriendo el Loira: nos paramos en el castillo de Chambord. Impresionante. No hay mas palabras. No entramos porque la entrada era bastante cara y había más castillos que ver, pero nos llevamos una grata sorpresa, pues no era de los más señalados.


Chambord

Visita a la ciudad de Blois. Esta ciudad tiene muchísima historia (centro de operaciones de Juana de Arco, lugar de nacimiento de reyes, lugar firmas de tratados, sede de la corte francesa, de la regencia de la esposa de Napoleón). Comimos en un pequeño restaurante a orillas del Loira llamado Au Granits. Allí probamos una especialidad francesa, no nos hizo mucha gracia, la andouillette, una salchicha hecha a base de intestinos de cerdo con un fuerte sabor. Desde el restaurante pudimos sacar una buena foto del río y la ciudad coronada por su castillo. Después de comer tocó acercarnos al castillo.


Vistas de Blois desde el restaurante

Castillo de Blois

Al siguiente destino teníamos muchas ganas de ir, porque habíamos oído hablar maravillas de él: Chenonceau o el Castillo de las Damas. Este castillo es muy original pues está construido sobre el río Cher, afluente del Loira. Como entre nosotros había alguien a quien le encanta la historia de Francia y en especial de este castillo, decidimos dejarnos los euros y visitarlo por dentro (nos gastamos alrededor de 14 € por persona).

Visitamos la habitación de las cinco reinas, la habitación de Diana de Poieters, el gabinete de Catalina de Medicis, La Galeria... y las cocinas, donde se encuentran los pilares del castillo. Por fuera tambien podemos disfrutar de diferentes jardines y un laberinto. La verdad es que merece la pena verlo, si bien es verdad que alguno salió más entusiasmado que otros.


Palacio de Chenonceau sobre el río Cher

Se estaba haciendo ya tarde así que nos pusimos a buscar un pequeño albergue que habíamos encontrado cerca de Blois. El lugar donde estaba el albergue era una pasada, solo y en medio de una pradera verde donde se nos cruzaron varios conejos franceses. Y el alojamiento muy original, habitaciones de 4 cada una decoradas con colores diferentes y las paredes pintadas con la expresión “buenas noches” en distintos idiomas. Contaba con una cocina en la que pudimos prepararnos la cena y estar un rato hablando con las señoras que llevaban el albergue, que resultó que sabían hablar castellano porque habían estudiado en Salamanca. El sitio muy acogedor y la gente que lo regentaba muy agradable. Nos recomendaron muchas sitios que nos apuntamos para ver al día siguiente.

La kilometrada del día asciende a 133 kilómetros.


Sábado (16/08/2008)
A primera hora pusimos rumbo a Tours y Angers, donde se nos pasó la mañana. De Tours nos gustó la catedral y de Angers nos quedamos con su castillo fortificado del siglo XIII y que fue construido sobre un promontorio sobre el río Maine (darle la vuelta entera al castillo supone caminar casi un kilómetro).

Tours

Angers

Como teníamos la tarde libre, y contamos en el grupo con un friki del motor (aquí cada uno con sus gustos) nos propusimos acercarnos al circuito de Le Mans. Se discutió un poco el asunto porque nos desviábamos unos 100 kilómetros hacia el norte en nuestra ruta hacia los pirineos, pero al fin decidimos meternos la paliza.

La verdad es que el circuito no deja de ser una carretera por la que pueden circular normalmente los coches (a velocidades normales, claro) pero hubo quien lo disfrutó mucho.


Circuito de Le Mans


Aún quedaba tiempo y como teníamos que ir hacia el sur, hicimos caso de las recomendaciones de la señora del albergue y nos pusimos rumbo a Saumur, sin saber muy bien que no íbamos a encontrar.

Flipamos y estuvimos a punto de volver a albergue (cada uno con sus gustos) para darle un beso a la señora. Si bien es cierto que el castillo no es de los más espectaculares, nosotros tuvimos serte de que lo acompañara un atardecer con un sol y una luz increíbles. Estuvimos allí hasta que el sol por fin se ocultó.

Castillo de Saumur

Volviendo a nuestro alojamiento, dimos con un museo del ejército o algo así, que tenía en su exterior tanques de exposición, por lo que paramos y algunos se hicieron sus fotitos.

Con esto nos despedimos del Valle del Loira. Hay que decir que aunque la zona sea cara para el turismo, merece la pena pues los castillos y las ciudades están muy bien cuidados y muy bonitos. Desde luego pensamos volver algún día.

Vaya día de carretera, con 560 kilómetros.


Domingo (17/08/2008)
Ponemos rumbo hacia los Midi-Pyrénées. Dos puntos claves que visitar este día: el col´d Aspin y el Tourmalet. Nos espera buena kilometrada: 600 Kilómetros, 6 horas sin ninguna parada intermedio, nada más que para comer algo. Llegamos por la tarde, ya casi poniéndose el sol y cuando nos bajamos del coche se notó mucho la bajada de temperatura. Eso sí, montañas y vistas espectaculares. Lugares bonitos para ver a pesar del palizón de coche y carreteras con mil curvas (730 klómetros).


Col´Aspin

Col´Tourmalet

Como no, se nos hizo tarde, así que rezamos porque aún estuviera abierto algún camping por la zona para darnos cobijo en nuestra última noche de viaje.


Lunes (18/08/2008)
Para ser el último día nos espera más de 700 kilómetros de vuelta a casa y había que aprovechar el día de vuelta a España y tomarnos un respiro antes de pasar la frontera, así que paramos en Biarritz. Un acierto, porque hacía muy buen dia y pudimos bañarnos y disfrutar de las olas del Cantábrico.

Con el bajón de la vuelta nos despedimos de Francia y ponemos rumbo fijo a casa...


Conclusiones
Nuestro primer viaje siempre lo recordaremos con una sonrisa. Aunque de inicio se plantease como algo un poco caótico, lo pasamos bien y no encontramos muchas dificultades a la hora de encontrar alojamiento. También nos permitió descubrir Francia y cogerle gusto a este país, al que hemos vuelto y volveremos seguro en más ocasiones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario