lunes, 30 de agosto de 2010

Verano 2010 - Provenza-Alpes-Costa Azul (Región PACA)

Fecha: 31/07/2010 - 12/08/2010
Transportes:
 - Ryanair. Precio: 66€
 - Coche alquiler: Sixt. 600€
Personajes: 4
Total dinero gastado (Transporte incluido):   935€ por cabeza.



Aún teníamos las buenas sensaciones dejadas por Francia en nuestro viaje del 2009. Eso unido, a que para variar el tiempo se nos echaba encima, nos hizo decidirnos por este país. La idea era vuelo barato hasta Turín y desde allí bajar por la costa Francesa hasta el País de los Cátaros, darle una vuelta y subir hasta los Alpes franceses para terminar en de nuevo en Turín. De esta manera, y con un poco de suerte tendríamos playa y montaña. El plan perfecto.

Después de darle unas vueltas la hoja de ruta quedaba así:

31/07/2010: Llegada a Turín. Alojamiento en Hotel del Parco. Reservado a través de hostelsclub. 2 habitaciones dobles por 80€ (20€ p/n).
01/08/2010: Traslado Turín - Niza. Alojamiento en  Hotel Helvetique. Reservado a través de hostelworld. Habitación cuádruple 104,3€ (26,07€ p/n).
02/08/2010: Traslado Niza - Marsella. Alojamiento en Residhotel Le Grand Prado. Reservado a través de booking. 2 noches en habitación cuádruple 167,20€ (20,9€ p/n) .
03/08/2010: Día por las Calanques.
04/08/2010: Traslado Marsella - Carcassonne. Alojamiento en el albergue juvenil Hostel Carcassonne. 2 noches en habitación cuádruple 186,08€ (23,06€ p/n)
05/08/2010: Vuelta por el país cátaro.
06/08/2010: Traslado Carcassonne - Grenoble. Alojamiento en Toring Hotel.Reservado a través de booking. Habitación cuádruple. 2 noches 124€ (15,5€ p/n).
07/08/2010: Día por los alrededores de Grenoble.
08/08/2010: Traslado Grenoble - Passy. Alojamiento en Le Fontenay. 2 noches en 2 habitaciones dobles por 120€ (15€ p/n).
09/08/2010: Pateo por Chamonix..
10/08/2010: Traslado Passy - Courchevel. Alojamiento en Hôtel Club Le Zénith. Habitación cuádruple por 97€ (24,25€ p/n).
11/08/2010: Traslado de Courchevel - Turín.  Alojamiento en Hotel del Parco. Reservado a través de hostelsclub. 2 habitaciones dobles por 80€ (20€ p/n).
12/08/2010: Vuelta


Mapa


Ver Provenza-Alpes-Costa Azul en un mapa más grande


Sábado (31/07/2010)
Llegamos al aeropuerto de Turín más o menos en hora y fuimos a la oficina de alquiler de coches. Al recoger el coche, primera sorpresa... la luna está rajada de parte a parte. La chica de la oficina nos recomendó coger otro coche, así que nos toco hacer contrato nuevo y después de una pequeña discusión porque nos querían cobrar más por el nuevo coche, por fin nos pudimos poner en marcha.

El hotel estaba a unos 40 km del aeropuerto, por lo que en unos 20 minutillos estábamos ya llegando a él. Eran las 18:00, por lo que echamos un ojo a las habitaciones (estaba todo perfecto) y nos fuimos a Turín para dar una vuelta por sus calles en lo que quedaba de día.

Nos dimos un buen pateo por sus calles, pasando por alguno de sus lugares mas representativos como la Piazza Castello, el Duomo de S. Giovanni o la Mole Antonelliana, donde por cierto cayó una buena cerveza.

Piazza Castello

Palazzo Madama 

Duomo de S. Giovanni

Mole Antonelliana

Después bajamos hasta el río Po, donde una vez cruzado el puente nos dimos de bruces con la Iglesia Gran Madre di Dio.

Puente sobre el Po

Aprovechando las horas que eran, nos cenamos unas estupendas pizzas y sobre las 01:00 nos volvimos hacia nuestro hotel.


Domingo (01/08/2010)
Día de traslado hasta Niza. Teníamos por delante unos 180 km. Sin embargo antes de salir estalla la polémica. De los 4 que somos 2 queremos dar un rodeo pasando por Génova y los otros 2 pasar de ella. Al final y con alguna cara de cabreo ganó la primera opción, por lo que sobre las 14:00, 90 km después y con un calor bastante insoportable estábamos dándonos un paseo por su puerto.

El puerto no nos pareció gran cosa así que después de hacer una foto a su faro, conocido con el nombre de La Lanterna, decidimos comer unas hamburguesas en el mismo puerto y tirar hacia nuestra siguiente parada: Mónaco.

La Lanterna


Tras 182 km llegamos a Mónaco. Según bajábamos hacia el mar los cochazos nos empezaron a rodear. Una vez abajo y cual frikis de la Fórmula 1, lo primero que intentamos fue hacer el circuito con nuestro coche. Decimos intentar, porque a la altura del casino no supimos seguir y eso que lo intentamos dos veces. Vaya paquetes que estamos hechos.

Mónaco

Aparcamos el coche, y nos dimos una vuelta, esta vez a pie por algunos de los lugares mas representativos del circuito urbano, para terminar tomándonos una cerveza en una terraza al lado del puerto, viendo los pedazo de yates que había por allí.

Desde Mónaco, fuimos a un pueblo muy bonito llamado Éze, a escasos 10 minutos en coche. Bastante turístico, pero a las horas que llegamos nosotros (sobre las 21:00) se estaba bastante a gusto. Después de un buen pateo por sus calles, pusimos ya rumbo hacia Niza, lugar donde habíamos cogido el alojamiento de esa noche.

Éze

Después de unos 30 minutos conseguimos dar con el hotel. La habitación bastante bien, así que no quedaba más que darse una vuelta por el paseo marítimo,  mientras buscábamos un sitio para cenar. El día había sido bastante largo, y nos fuimos a la cama pronto, por lo que de Niza poco tenemos que contar.


Lunes (02/08/2010)

El lunes nos movíamos hacia Marsella. Con un poco de suerte por la tarde estaríamos dándonos un chapuzón en sus famosas Calanques. Situadas entre Marsella y Cassis, la Calanques son entradas del mar rodeadas de acantilados (algunos las comparan con pequeños fiordos) donde se encuentran unas calas bastante bonitas.

Según llegábamos a Marsella, el tiempo se fue fastidiando, con una temperatura, algo fresca y cayendo algo de agua. Optamos por ir directamente hacia el hotel, darnos una vuelta por Marsella y confiar en que el tiempo mejorase para ir a las Calanques al día siguiente.

Cuando llegamos al hotel, primera sorpresa. El apartamento tiene cocina. Sin pensarlo 2 veces nos fuimos a comprar comida y bebida para los siguientes 2 días.

Al final del día el tiempo mejoró bastante, por lo que nos pateamos bien las calles de Marsella (sin que nada nos llamara la atención) y terminando en el puerto, que eso si,  con el Castillo de If (Château d'If) al fondo, nos gusto bastante.

Atardecer en Marsella

Después de hacer algunas fotos y pasarnos por alguna tienda de los famosos jabones de Marsella, nos fuimos hacia el hotel para darle caña a la cena.


Martes (03/08/2010) 
Día soleado y buena temperatura. Toallas, crema solar, bocadillos y a las Calanques de cabeza. Les habíamos estado echando un ojo por internet y, viendo que tampoco habíamos encontrado mucha información, nos decidimos por ir primero a una que teníamos bastante cerca. La Calanque de Sormiou a unos 15 km de Marsella.

Hasta la calanque misma solamente pueden llegar en coche los vecinos que tienen casa allí, estando habilitado un aparcamiento al inicio del camino. El aparcamiento estaba vigilado por una gente un poco extrañéjola así que dejamos el coche totalmente vacío (guantera abierta incluida para que se viera que no había nada de valor) e iniciamos el camino.

Calanque de Sormiou

Para llegar a la calanque había que subir y bajar una colina. Tardamos unos 40 minutos en hacerlo y con el sol cayéndonos de pleno. Sin embargo la caminata mereció la pena. Una pequeña playa de arena y aguas turquesas nos dieron la bienvenida. Al agua de cabeza sin más.

Aguas cristalinas

Estuvimos por allí hasta las 14:00 aproximadamente, hora en la que nos volvimos para ir hacia la otra calanque que teníamos apuntada. La Calanque de Port Miou.

Para llegar a ella pusimos rumbo a hacia Cassis, pueblo donde nos metimos un buen baño en una de sus playas, pues vimos que para llegar a las calanque de Port Miou y aún más a la de Port Pin teniamos que seguir andando.

Cassis

Después de un buen chapuzón, seguimos los carteles indicativos. Fuimos andando por la ruta indicada, a lo largo de la calenque de Port Miou, que por cierto, aunque muy bonita, no tiene muchas zonas de baño ya que se trata de un puerto, hasta que llegamos aun pequeña playita, esta vez bastante masificada, que resultó ser la calenque de Port Pin dónde nos dimos el último chapuzón del día.

Calanque de Port Miou

Sobre las 21:00 y bastante reventados pusimos rumbo a Marsella de nuevo para dar por finalizado el día.


Miércoles (04/08/10)

Era el día en el que abandonábamos la costa y nos íbamos hacia el País Cátaro. Carcassone era nuestro destino final y donde teníamos el alojamiento para la próximas 2 noches.

Teníamos por delante unos 320 km, por lo que decidimos hacer una parada intermedia en Nîmes. Famosa por los restos romanos que conserva, llegamos a ella sobre las 13:30. Nos dimos una vuelta pasando por el anfiteatro, usado actualmente como plaza de toros, la Maison Carree, un templo romano donde cobraban por entrar, por lo que lo vimos desde fuera y finalmente nos dirigimos hacia la Torre Magna, que son los restos de una torre, situados en un parquecillo.

Torre Magna

Después nos dirigimos hacia el Pont Du Gard. Se trata de un acueducto construido sobre el río Gard a unos 20 km. de Nimes, que vimos en casi todos los folletos turísticos de la zona. Sin embargo al intentar llegar a él, vimos que cobraban unos 16€ por coche, lo que nos pareció excesivo, por lo que dimos media vuelta.

Llegamos a Carcassonne sobre las 17:00. La ciudad con sus murallas, según te acercas impresiona. Realmente bonita. Estuvimos dando una mil vueltas con el coche buscando el albergue juvenil donde nos quedábamos a dormir porque estaba situado dentro del recinto amurallado y no fuera como pensábamos. Vamos que teníamos el alojamiento en el mismo centro.

Carcassonne

Dejamos las cosas en la habitación y nos dimos un buen pateo por las calles. Muy bonita, de los mejores recuerdos que tenemos del viaje. Por la calle, sobre todo en las horas principales del día hay mucha gente, pero en las horas finales y por la noche, cuando el número de personas es menor es cuando más se disfruta.

Durante la cena, hicimos el planing del día siguiente. Teníamos solamente un día para darnos una vuelta por los castillos cátaros así que teníamos que decidir los que ver. Como frikada absoluta, decidimos acercarnos también a un pueblecito llamado Rennes Le Chateau, conocido sobre todo a partir del Código Da Vinci escrito por Dan Brown.


Jueves (05/08/2010)
Pusimos pronto el despertador ya que teníamos mucho que ver ese día. Primera parada Rennes Le Chateau. Situado a 46 km de Carcassonne, este pueblo se hizo famoso originalmente por el libro "El Enigma Sagrado" escrito por Henry Lincoln, Michael Baigent y Richard Leigh en 1982. Sin embargo a raíz de la publicación del Best Seller de Dan Brown, su fama se multiplicó.

Para quien no conozca nada de la historia (que ya es raro), se supone que en este pueblo, un cura encontró unos documentos que contenían un gran secreto referente a la Iglesia Cristiana y más en concreto a la posible descendencia de Jesús. El cura en cuestión, amasó bastante pasta y realizó varias construcciones en el pueblo, siendo la más famosa la iglesia.

Ahí es nada. Vamos que es una frikada de narices pero el caso es que el pueblo feo no es y la iglesia otra cosa no, pero rara lo es un rato. Para quien esté interesado en el tema en el mismo pueblo se podían contratar también visitas guiadas, con trenecito a juego para pasear por el pueblo.

Pila de la Iglesia

Altar de la iglesia

Sobre las 11:30 decidimos poner rumbo a los castillos cátaros y en concreto al más famoso de ellos, al castillo de Montsegur.

Antes de hablar del castillo en sí, un breve apunte sobre los cátaros. También conocidos como los hombres buenos, formaron parte de un movimiento religioso que a mediados del siglo X tuvo una especial fuerza en estas tierras.

Fueron perseguidos por la iglesia, y uno de sus últimos reductos fue este castillo de Montsegur. Actualmente se encuentra en ruinas pero la zona es muy bonita.

Castillo de Montsegur

A los pies del castillo se encuentra el "Camp dels Cremats" donde más de 200 cátaros fueron quemados cuando se rindió el castillo y la verdad es que la zona impresiona. No es difícil encontrar rosas u otras flores dejadas en algunos sitios, por lo que se ve que la gente aún los recuerda.

Camp dels Cremats

Del castillo de Montsegur nos movimos hacia el de castillo de Puilaurens, situado en la localidad de Lapradelle-Puilaurens, a unos 90 km. A este castillo no nos acercamos, conformándonos con verlo sobre el acantilado mientras comíamos unos bocatas. Muy bonito también.

Castillo de Puilaurens

La siguiente parada era el castillo de Quéribus, situado en el municipio de Cucugnan, a otros 33 km de Puilaurens.

Castillo de Quéribus


Muy cerca de Quéribus, se encuentra el castillo de Peyrepertuse, último de la ruta. La verdad que es uno de los que más no gustó. Mientras te acercas a él parece que es parte de la montaña misma, y hasta que no estas prácticamente debajo de él no te das cuenta de que está ahí.

Castillo de Peyrepertuse

Para terminar la ruta nos acercamos al pueblo de Minerve. Se trata de un pueblo medieval situado al lado del río Cesse que nos gustó bastante. Como curiosidad en este pueblo decir, que en la cruzada contra los cátaros se situaron cuatro catapultas para atacar el pueblo y actualmente se conserva la reconstrucción de una de ellas, llamada Malvoisine (Malavecina).

Minerve

Eran las 20:30 y viendo atardecer sobre Minerve, dimos por concluida nuestra ruta y volvimos a Carcassonne.


Viernes (06/08/2010)


Hoy tocaba paliza en coche. Teníamos por delante mas de 440 km parando entre medias en Avignon y Lyon, hasta llegar a Grenoble, donde teníamos nuestro alojamiento.

Tras hacer aproximadamente 240 km llegamos a Avignon. Esta ciudad fue residencia de papas desde el año 1.309 hasta el año 1.377. Su centro ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Palacio papal de Avignon

Destacan el Palais des Papes (Palacio Papal), el Petit Palais y la catedral de Notre Dame des Doms. Si el centro es bonito, la vista de la ciudad desde fuera con las murallas y el puente, también declaradas como Patrimonio de la humanidad, lo es mas. Realmente recomendable.


Avignon

El siguiente destino era Lyon. Al principio no íbamos a ir, pero como no podemos dejar día sin paliza en coche decidimos ir a darnos una pequeña vuelta por Lyon, al menos para conocerla. Llegamos sobre las 19:30, después de coger un poco de atasco a la entrada. Aparcamos el coche junto al río, y nos dimos una vuelta. Estuvimos unas 2 horas y aunque vimos muy poco nos gustó bastante también.

El rey sol en Lyon

Iglesia junto al río

A Grenoble llegamos ya de noche y con la paliza del viaje tampoco teníamos ganas de hacer más cosas, así que cenamos y nos fuimos a sobar.



Sábado (07/08/2010)
A 107 km. de Grenoble se sitúa Annecy, nuestro primer destino del día. La ciudad, también conocida como la Venecia de la Saboya, es uno de los principales reclamos turísticos de la zona. Aquí si que cogimos un buen atasco para llegar. Aparte, y como era de esperar, estaba petada de gente. Las calles estaban como la Gran Vía de Madrid en Navidades, bastante agobiante la verdad.

Típica foto de Annecy

Annecy

Decidimos ir hacia el lago, donde la concentración de gente era menor, nos tiramos junto a la orilla y aprovechamos para comer.

Lago de Annecy

Después de Annecy, nos propusimos ir a dos puertos de montaña emblemáticos del ciclismo. El Col de la Madeleine y el Col du Galibier. El primero, aunque la carretera en algún punto tenia buenas vistas, tampoco nos moló mucho.

Vista desde el Col de la Madeleine

Le tocaba el turno al Galibier. Para llegar a él, hay que pasar por otro col, el del Telegraphe, situado a 1.566 m de altitud.

Col del Telegraphe

El Galibier, sin embargo ya se nota que es otra clase de puerto. Con una altitud de 2.645 m el paisaje ascendiendo hacia él ya es de alta montaña puño y duro. Desde él, la vista merece la pena. Nosotros llegamos casi anocheciendo y con el tiempo justo de hacer alguna foto y dar las buenas noches a los que acampaban en la cima. Eran las 21:30, y era el momento de regresar a Grenoble.

Vista desde el Col del Galibier


Domingo (08/08/2010)


El domingo tocaba moverse hasta Passy, al lado de Chamonix, localidad situada a los pies del Mont Blanc y donde íbamos a pasar las próximas noches.

Teníamos por delante unos 270 km incluyendo una parada en el mítico puerto del Tour, el Alpe d'Huez. Con una altitud de 1.850 m para llegar a él hay que dirigirse hacia la localidad de Bourg-d'Oisans. Una vez allí se comienza la subida que tras 21 curvas, cada una con los nombres de los ganadores de la carrera, te lleva a la cima.

Subida al Alpe d'Huez

El número de aficionados al ciclismo  que nos encontramos subiendo fue bastante grande y ante las caras de esfuerzo que ves no queda más que quitarte el sombrero. El puerto en sí, no es demasiado bonito.

Cima del Alpe d'Huez

Una vez visto el Alpe d'Huez el próximo destino era Chamonix. Encajonada en un valle, estábamos llegando a ella sobre las 16:00. El día estaba bastante despejado por lo que la vista desde la carretera de los glaciares y del Mont Blanc hizo que nos quedásemos con la boca abierta.

Glaciar des Bossons

Una vez en Chamonix, y después de dar unas cuantas vueltas para aparcar porque estaba petada de gente, nos dirigimos hacia la oficina de turismo. Allí preguntamos por alguna excursión fácil para hacer al día siguiente por la zona y nos recomendaron la del lago Blanco.

Después nos dimos una vuelta, y volvimos a coger el coche para seguir un poco por la carretera y ver mejor el glaciar de Argentière pero la vista tampoco era muy buena así que dimos media vuelta y nos dirigimos ya hacia nuestro hotel en Passy a unos 25 km de Chamonix.

El hotel, finalmente estaba situado en plena montaña, y a medida que fuimos subiendo las vistas eran cada vez mejores. El hotel fue todo un acierto. Después de ver los precios de la zona, como estaban las habitaciones y las vistas que teníamos, lo que costaba la noche rozaba la ganga.

Bien entrada la tarde, decidimos coger el coche y continuar montaña arriba a ver si había mejores vistas desde la cima. Lo que nos encontramos nos dejó sin palabras. Llegamos a una estación de esquí, después nos enteramos de que se llama Plaine Joux, donde despegaban parapentes.

Había una especie de terraza donde la vista del macizo del Mont Blanc era impresionante. Con el tono rojizo del atardecer se te desencajaba la mandíbula. Bonito no, lo siguiente. Unas 100 fotos después, decidimos seguir unas indicaciones hacia el lago verde.

Mont Blanc

Eso ya fue el remate. Después de un trayecto de unos pocos minutos llegamos a un lago, donde el Mont Blanc se reflejaba como un espejo. A parte, el sitio, para nosotros solos. Nadie más. El silencio más absoluto y nosotros mirando como tontos lo que teníamos delante.

Lago Verde

Allí estuvimos hasta que anocheció y volvimos hacia el hotel, donde cenamos y comentamos todo lo que habíamos visto ese día.


Lunes (09/08/2010)
Tocaba el pateo que nos habían recomendado hasta el lago Blanco. Viendo lo que habíamos visto el dia anterior, estabamos deseando ponernos en marcha cuanto antes.



Nuestro punto de partida era el teleférico de la La Flegere situado en uno de los extremos de Chamonix. Allí compramos 2 billetes de ida y vuelta cada uno por unos 18€. Uno nos llevaría en telecabina a 1.877 m y luego cogeríamos unas telesillas hasta los 2.595 m dónde empezaríamos a caminar. También se puede hacer la excursión desde el primer punto ahorrándote el tramo de las telesillas pero caímos como unos pardillos.

La Flegere se encuentra en el gran macizo de las Aiguilles Rouges, reserva natural protegida y es el punto de salida de numerosas caminatas y rutas en bicicleta.

Macizo del Mont Blanc

El recorrido era por un camino, frecuentado por bastante gente y bastante sencillo. Fue más un paseo que una caminata y en 1 hora y media estábamos ya en el lago. Las vistas sobre el macizo del Mont Blanc, incluyendo los glaciares del Mer de Glace y del Argentiere, eran excelentes, y pudimos comprobar por qué se considera al lago Blanco como al balcón sur del Mont Blanc.

Mer de Glace

Glaciar de Argentiere

Al final del recorrido y al lado del lago, se encuentra un chiringuito (o chalet como lo llaman por allí), que aunque quita un poco de magia al lugar, nos permitió tomarnos unas cervezas que nos supieron a gloria.

Lago Blanco

Tiramos de bocatas a la orilla del lago y después de descansar un poco volvimos por el mismo camino. Cogimos uno de los últimos teleféricos de vuelta (hay que tener en cuenta los horarios europeos de la zona) y con la sensación de tener en nuestra cabeza imágenes que tardaríamos bastante en olvidar, nos fuimos a tomarnos la penúltima por Chamonix.


Martes (10/08/2010)


Con la sensación de que teníamos que haber pasado más tiempo por la zona y con el convencimiento de que volveríamos algún día, nos despedimos del Mont Blanc. Ese día nos trasladábamos hasta Courchevel, a unos 100 km.

Courchevel es  una estación de esquí situada en el valle de Tarentaise. Cuando llegamos allí, vimos que se divide en varios niveles (como si fueran distintos pueblos) dependiendo de la altura, por lo que dimos alguna vuelta para encontrar el hotel.

El hotel era un pedazo de hotelazo. Sin duda nos salió barato por estar fuera de temporada, porque en temporada de esquí alojarse allí tiene que salir por un riñón. Dejamos las cosas en la habitación y nos fuimos a dar una vuelta por la estación para ver en que podíamos gastar el resto de día.

Encontramos una oficina de turismo abierta, y allí nos informaron de la existencia de una rutilla muy sencilla hasta unas cascadas por lo que decidimos comer por allí e ir a hacerla.

El comer nos salió por un pico. Viendo el sablazo que nos habían metido, nos acercamos a un súper para comprar algo para la cena, pero los precios incluso en el supermercado estaban disparados.

Habiendo comprado 3 "suculentas" latas de macarrones para la cena, nos dirigimos con el coche hacia el Lago de la Rosiere, lugar donde empezaba la ruta hasta la Cascada des Poux (cascada de los piojos).

Lago de la Rosiere

La ruta se convirtió en un agradable paseo, siguiendo el río de la Rosiere que en 1 hora más o menos nos llevó hasta la cascada. Bastante bonito todo, pero después de los que habíamos visto los días anteriores se nos quedaba algo corto.

Río de la Rosiere

Cascada de los Piojos

Volvimos hacia el coche y, como aún nos quedaban horas de sol, nos dio por tirar con el coche carretera arriba, a ver si había buenas vistas por allí. Aparte de buenas vistas, lo que nos encontramos fue con el aeropuerto de Courchevel.

Aeropuerto de Courchevel

Al verlo, uno de nosotros cayó en la cuenta de que había visto algo de que el aeropuerto de Courchevel era uno de los más peligrosos del mundo. La verdad es que viendo como la pista se cortaba de repente montaña abajo, convirtiéndose en una especie de tobogán al vacío, no es difícil imaginar por qué.

2 compañías de avionetas ofertaban varios recorridos por la zona, siendo el más barato de unos 45 minutos por 35€. Lo de “probar” el aeropuerto, nos ponía bastante así que sin pensarlo tampoco mucho hablamos con un piloto y nos dio unos buenos pirulos.

Mientras volábamos, el piloto nos iba explicábamos lo que veíamos y pudimos sobrevolar varios glaciares bastante bonitos. A parte, como fin de fiesta, nos preguntó si queríamos que le diese un poco de caña a la  avioneta convirtiéndolo en una montaña rusa. La leche.

Desde la avioneta

En cuanto al aeropuerto, desde dentro del avión no acojona nada pero cuando lo ves desde fuera la cosa cambia. Al ser 4, cogimos 2 vuelos y cuando ves a la otra avioneta como despega y aterriza sí que impresiona un poco.

Con este broche final de vacaciones, nos fuimos a cenar nuestros suculentos macarrones enlatados y dimos por finiquitado el día.


Miércoles (11/08/2010) 

Día de vuelta a Turín. Teníamos pensado hacer unos 230 km pasando por el Col de l'Iseran, otro de los puertos míticos del Tour.

Vista desde el Col de l'Iseran

Aparte,  pasamos también, por el Lago de Mont Cenis Aunque las vistas no eran feas para nada, íbamos ya con el bajón del final de las vacaciones y tampoco lo disfrutamos mucho.

De camino a Turín

Lago de Mont Cenis

Llegamos al hotel del Parco, el mismo de la primera noche y donde teníamos reservadas también las habitaciones, para ese día. Sobre las 19:00 nos fuimos a Turín para cenar y darnos una vuelta para despedirnos de la ciudad hasta mejor ocasión.


Jueves (12/08/2010)
Día de la vuelta. Nos levantamos, dejamos el coche de alquiler en la oficina del aeropuerto y cogimos el avión sin novedades. Que bajonaco...


Conclusiones

Viaje que llevamos grabado a fuego. Cuando pensábamos que habíamos visto algo bonito, al día siguiente veíamos algo mejor.

Si la zona cátara, con sus castillos y pueblos,  nos pareció bonita, Chamonix con el macizo del Mont Blanc nos dejó locos. De remate, y al día siguiente, una vuelta en avioneta por las cumbres.

Como única nota negativa, señalar los palos que nos metieron con la comida en la zona de los Alpes. En este viaje hemos aprendido la lección, de que es mejor coger alojamientos con cocina, aunque salgan un poco más caros, porque al final se amortizan.

En fin, de los mejores viajes que hemos hecho. Tampoco se puede añadir mucho más.

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